15 mar 2014

[Reseñas] Need for Speed

La carrera más lenta

Contar con una de las estrellas emergentes (Aaron Paul) de la industria no siempre es la clave para tapar la falta de dedicación a un proyecto de muchos años. Need for Speed nace allá en  1994 como un videojuego para grandes y chicos. Las horas de juego valían más la pena en ese entonces.
Al igual que su hermano mayor cinematográfico (Fast and Furious), el estreno 'pistero' de está temporada busca desde un inicio introducir al espectador en un ambiente callejero, el mundo underground de las carreras ilegales. 
Queriendo ser gloriosa , Need for Speed muestra pocos momentos impactantes y muchos decepcionantes. Un reparto bastante juvenil (no hablemos de Michael Keaton, la aguja del pajar) nos puede dar un aire fresco en está época de grandes producciones, pero solo tenemos un conjunto de personajes planos. 
La entrega de Scott Waugh (director) tiene como objetivo emocionar y hacer que nos sintamos identificados obteniendo un resultado bastante regular.
Con un inicio lento (la primeros 50 minutos son un suplicio para los de grandes expectativas), la carrera más lenta del cine tiene buenos como malos elementos. 

Más información tras el salto


Con 20 años en el mercado Need for Speed ha sido y es una de las más grandes franquicias de videojuegos de carreras. Acá los pulgares siguen fríos.
La historia nos relata la vida de Tobey Marshall, piloto callejero, mecánico y aficionado a las carreras ilegales. Culpado por un crimen que no cometió , nuestro protagonista luchará contra la injusticia en una carrera que lo llevará a recorrer medio país. Con precio bajo su cabeza, Marshall no solo encontrará respuestas en su viaje, sino redención.
Recordado por su papel en Breaking Bad, Aaron Paul es el rostro de todo esto. Un buen actor como enganche, la chica sexy 'cliche' que sabe de autos y a la vez es interés amoroso del protagonista, el 'crew' de mecánicos y un rival (Dominic Cooper) que no da contienda sirven este plato sin mucho condimento. Buscando una historia más independiente no deja de mostrar características de la franquicia de autos, las persecuciones policiales, carreras contrarreloj y destrucción total son las insignias que se lucen en la pantalla grande.

Los verdaderos protagonistas de está entrega son los autos. Poco uso de animación digital y miles de caballos de fuerza en las pistas. Punto a favor. La estrella de es el Mustang Shelby GT500 modificado, verdadera obra de arte hecha a base de metal. Cabe resaltar que los actores recibieron intensivas clases de manejo para poder recrear de la manera más realista posible. La diversidad de escenarios, las referencias al juego son el punto fuerte de este film.
Buen espectáculo para el amante de los fierros.


Cabe resaltar el apartado visual y el trabajo fotográfico es contradictorio con el tibio guión. Las tomas en primera persona ofrecen una buena perspectiva; el uso de autos cámara y equipo de grabación implementado en los coches le da escenas más naturales y fluidas que en otras franquicias de autos. A pesar de no ser tan consistente puede ser un relajo ante las hazañas imposibles y extraordinarias de Toretto y compañia


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